Después de derrotar a Violeta, probé suerte con un Intercambio Prodigioso. Mandé a vivir la vida a mi queridísimo Burmy sin saber qué iba a recibir a cambio. Esperaba un Weedle modesto o alguna barbaridad semejante, pero lo que me llegó fue una grata sorpresa: un pequeño bebé Helioptile de naturaleza Alocada, al nivel 1, recién salido del huevo. Tuve mis dudas sobre si usarlo o no, al ser un Pokémon forastero. Pero es tan majo que no pude dejarlo en el PC. Y aunque no se le pueda cambiar el nombre, para mi se llamará Nando.
Probé suerte en la Ruta 4, pero sólo encontré un Combee macho, un zángano incapaz de evolucionar, por lo que pasé de él. Tras entrenar un poco y estrechar lazos con Quicky y Jeff en el Poké Recreo, me decidí a ir a Ciudad Luminalia.
Wow. Esta ciudad es GIGANTESCA. No tenía ni idea de por donde empezar a explorar sus calles. Acabé entrando en un restaurante que me cobraba 3000 por un menú doble. Cuando entré, los camareros no tuvieron mejor idea que desafiarme a combates. El Látigo Cepa de uno de sus Pansage me dio un buen susto al acetar a Franklin y quitarle más de la mitad de la salud. No obstante, la experiencia mereció la pena, y mi rana evolucionó en la cosa más guay jamás diseñada.
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